Escritor guatemalteco, uno de los autores latinoamericanos más
reconocidos a nivel internacional. Aunque nacido en Honduras, Augusto
Monterroso era hijo de padre guatemalteco y optó por esta nacionalidad al
llegar a su mayoría de edad. Participó en la lucha popular que derrocó a la
dictadura de Jorge Ubico y posteriormente hubo de exiliarse. Con un paréntesis
en Guatemala y algún destino diplomático, vivió desde 1944 en México, donde
trabajó en la UNAM y, como traductor, en el Fondo de Cultura Económica.
Fue cofundador de la
revista literaria Acento y
se le ubica como integrante de la Generación del 40. Escritor de fama
internacional, mereció importantes galardones y reconocimientos, como el premio
nacional de cuento Saker-Ti (Guatemala, 1952), el premio de literatura Magda
Donato (México, 1970), el Xavier Villaurrutia (México, 1975), la Orden del
Águila Azteca (México, 1988), el premio literario del Instituto
Ítalo-Latinoamericano (Roma, 1993), el Premio Nacional de Literatura Miguel
Ángel Asturias (Guatemala, 1997), el Príncipe de Asturias (España, 2000) y el
Juan Rulfo (México, 2000).
Innovador y renovador de
los géneros tradicionales, específicamente de la fábula, se reconoce su
importancia por el cambio que introduce en la literatura guatemalteca del siglo
XX: brevedad e ironía. Sus relatos denotan una brillante imaginación resuelta
en sutilezas. La paradoja y el humor fino, apoyados en una enorme capacidad de
observación y plasmados en una prosa de singular precisión, denotan una
fantasía exuberante y una extraordinaria concisión. Una gran variedad de temas
se aúnan bajo una misma visión de la vida: irónica, amarga y tierna al mismo
tiempo. Sus libros breves, escuetos y casi perfectos, dan un ejemplo singular
de coherencia vocacional que es, como el propio autor, difícil y huidiza,
crítica y autocrítica, tímida y osada, ya que los caracteriza una manera muy
especial de observar y transmitir la realidad. Traducida a varios idiomas, la
obra de Augusto Monterroso incluye títulos como El concierto y el eclipse (1947), Uno de cada tres y El
centenario (1952), Obras completas y otros cuentos (1959), La oveja negra y demás fábulas (1969), Movimiento perpetuo (1969), Animales y hombres (1971), Antología personal (1975), Lo demás es silencio (1978), Las ilusiones perdidas (1985), Esa fauna (1992) o La vaca (1998).


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