Estaba una nave a
merced de los varios y encontrados,
vientos de alterado
mar, y la tripulación con las lágrimas, temor y congojas de cercana muerte; serenase de súbito el furioso temporal; continuaron bogando
con próspero viento, y
al punto se vio a los pasajeros.,
henchidos de gozo,
solazarse con inusitada alegría.
Mas el piloto,
aleccionado con la experiencia del pasado peligro, dijo así. «Puesto que en la
tierra andan siempre asidos de la mano el placer y la pena, mostrémonos tan
prudentes antes de llegar al deseado puerto, que tanto las expansiones como las
quejas sean siempre moderadas.»
En la prosperidad
teme; en la adversidad espera.
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