Quiso
casarse el sol allá en tiempos antiguos; y tanto
se
alborotaron las ranas al saber la noticia,
de
tan inusitadas quejas. Adelantándose en aquel
punto
la más osada de entre ellas, dijo:
«Al
presente el sol es uno solo, y con todo eso, abrasa y
deseca
nuestras lagunas, forzándonos a morir en estas
por
todo extremo áridas moradas; pregunto: ¿qué nos
sucedería
si llegare a tener hijos?»


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